10.12.05

casa

Estoy en mi casa después de haber terminado las actividades escolares el martes y haber pasado dos días en Morelia. LLego a mi casa con un humor chido por las ganas de ver a la familia, y en un instante se fastidia todo. ¿En qué putas cambio yo, mi personalidad o alguna mierda del universo por tener un pedazo de metal incrustado en mi ceja? El pinche equilibrio de la masa, la energía y el universo que se expande o contrae no cambia en lo absoluto. ¿Qué tan difícil es entender que hago las cosas porque se me hincha y ya, no necesito de ningún pinche ente maligno que me susurre al oido y que me diga que tengo que matar a unos cuantos católicos? Pero bueno, qué se puede hacer. Ahora falta que vayan a tratar de amenazarme con algo, eso sería el colmo.
No me gusta sentirme lejos de las personas, y menos de las que quisiera estuvieran más cerca de mi. El angelito de mi derecha dice que estoy paranoiqueando, que todo está tranquilo, y que todo tiene una explicación. En cambio the little demon inside of me dice: ... .
Si supieras amor, como me desespera la distancia entre nosotros. Yo sólo quiero besarte y hablarte al oido. Sólo quiero sentir que vibras a mi lado y que quieres tocarme. Quiero que lastimes mi cuerpo y cuides mi alma. Deseo tus uñas en mi pecho, tus labios en mi cuello, y tu alma en el aire jugando con la mia.

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