
Me gusta escribir, sabes. Simplemente no tengo la soltura y el talento para hacerlo de la manera que me gustaría. Por eso simplemente me conformo con escribir de vez en cuando en un blog o en alguna hoja de papel cerca de mi. De repente dejo de hacerlo, de repente lo vuelvo a hacer. Y quizá hayas podido ver que a veces me expreso de mejor manera en lenguaje escrito. Podría ser también porque no soy yo quien habla, ya que las palabras tienen voz propia y no les puedes reclamar nada a ellas. Y yo simplemente me puedo hacer el desentendido y decir que fue mi mano inconsciente quien convirtió la tinta en garabatos para ti. O simplemente puedo evitar hablar y esperar que se dibujen palabras en el aire que hay entre tú y yo. Mi cabeza tiene más ideas de las que puedo hacerme cargo, así que hay ideas anárquicas que no quieren que las domine. Es por eso que ellas salen de mi boca en el momento menos esperado. Porque son revolucionarias y salen en busca de lucha. Salen disparadas como por cañones porque quieren hacer daño. Lo que no saben es que contra el silencio no pueden hacer nada. Pobres palabras adolescentes, son kamikazes en la segunda guerra mundial.
Y justo en este momento regreso de un trance controlado y me pregunto qué habré escrito.
Y justo en este momento regreso de un trance controlado y me pregunto qué habré escrito.
1 comment:
Ahhh este post sta bien chido... me gusto, buen viaje... te quiero.
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